El impacto de la actividad física en la soledad y el aislamiento social de los adultos mayores.

Está bien establecido que la actividad física como caminar, hacer yoga e ir a un gimnasio tiene muchos beneficios para la salud de los adultos mayores. Estos incluyen un mejor sueño, menos ansiedad y un menor riesgo de enfermedades del corazón, junto con muchos otros beneficios que pueden mejorar la salud en general.
Pero, ¿y si la actividad física pudiera ayudar a los adultos mayores a sentirse menos solos, incluso si hicieran ejercicio solos?
Investigadores de AARP Services Inc., UnitedHealthcare y OptumLabs se propusieron investigar esta pregunta, centrándose en dos áreas:
* ¿Podría la actividad física ayudar a reducir el aislamiento social y/o la soledad?
* ¿Podría la actividad física promover mayores niveles de resiliencia, propósito o percepción positiva del envejecimiento?
Hay un énfasis continuo en apoyar a los adultos mayores mientras trabajan para encontrar significado, propósito y resiliencia a medida que envejecen. Durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, puede haber sido más difícil encontrar oportunidades para hacer ejercicio, lo que contribuyó a mayores sentimientos de aislamiento social y soledad.
Los resultados del estudio apuntan a una fuerte evidencia de que la actividad física puede ayudar a los adultos mayores a sentirse menos solos y socialmente aislados, así como a aumentar positivamente sus sentimientos de resiliencia y propósito.
Los investigadores encontraron que:
* La actividad física moderada y alta se asoció con tasas significativamente reducidas (15% -30% más bajas) de soledad severa y aislamiento social
* El mismo nivel de actividad física también se asoció con mejores sentimientos (27%-150% más) de resiliencia, propósito y una percepción positiva del envejecimiento.
El nivel de actividad física provino de la cantidad de días a la semana que alguien haría ejercicio (incluso caminar o hacer jardinería), no de la intensidad del ejercicio en sí. Los niveles moderados a altos oscilaron entre tres y cuatro días a la semana o más de cinco días a la semana, respectivamente.
“Seguir siendo físicamente activo con el tiempo puede ser una de las mejores cosas que los adultos mayores pueden hacer por sí mismos para promover un envejecimiento saludable mental, físico y emocional”, dijo Shirley Musich, directora de investigación sénior de OptumInsight y una de las co autoras del estudio.
Hable con su médico sobre formas saludables de incorporar el ejercicio a su rutina. Para las personas que se están recuperando de una lesión, considere buscar el consejo de un fisioterapeuta que pueda identificar las áreas que requieren un enfoque especial.
