Tradiciones Mexicanas

Música de Jalisco: tradición llena de mariachi, sones y jarabes.

Foto/Texto Francisco Castellanos

Francisco Castellanos J.

Dos géneros caracterizan la música de Jalisco, entidad localizada en la región centro-occidental de México: el son y el jarabe, según Música en México.

El son jalisciense: baile, coplas y tradición oral

El son jalisciense es una pieza de armonía rítmica que combina partes cantadas con otras instrumentales que se bailan en pareja, en forma de zapateado.

Su temática es costumbrista, y su duración depende de la cantidad de coplas que los intérpretes decidan agregar.

El hecho de que muchas coplas no se hayan escrito y que su difusión a través del tiempo sea mayormente “de oído” ha tenido como resultado que podamos encontrar distintas versiones de un mismo son en la música de Jalisco.

Entre los sones jaliscienses más famosos se encuentran Las Alazanas, Las copetonas, El carretero, La botella, El caballito, El durazno, La culebra (son que destaca por la belleza de su coreografía, en la que se representa a un grupo de campesinos que acuden a defender a sus mujeres, asustadas por un nido de culebras.

Al principio los campesinos alejan el peligro con sus sombreros, pero al final son mordidos por las culebras y mueren entre los brazos de las mujeres).

Las Alazanas

Por supuesto, La Negra (tal vez él son más célebre no sólo en México, sino a nivel mundial.

Su origen se remonta a principios del siglo XIX, aunque fue a partir de su inclusión en los Sones de mariachi de Blas Galindo, en 1941, que adquirió proyección internacional.

Algunos estudiosos ubican Jalisco, Colima o Zacatecas como su lugar de procedencia, y apenas hace unos años se decidió que es una canción de amor dedicada a Albina Luna Pérez, alias La Negra, una bella mujer originaria de Tepic, Nayarit).

Son de La Negra

El jarabe: género con fuerte arraigo cultural

Por su parte, el jarabe es una especie de suite musical formada por varios sones y aires.

Su antecedente directo es el jarabe gitano, proveniente de Andalucía, y su nombre también ha sido objeto de sesudas controversias.

Por ejemplo, el musicólogo Vicente Teódulo Mendoza (1894-1964) suponía que podía estar relacionado con el charape (del purépecha charapi).

La cual es una bebida tradicional de Michoacán hecha con pulque y piloncillo. Mientras que Jas Reuter (1934-1986) proponía que podía derivar, por analogía, del famoso medicamento elaborado con una mezcla de varios ingredientes, cuyo origen etimológico es la palabra árabe xarabe o šarāb.

Incluso hay quien opina que podría tratarse de un uso mal escuchado de la palabra sarao (con que se denominaba a los bailes populares nocturnos).

Cualquiera sea el origen de la palabra, lo cierto es que hay varios tipos de jarabes (ranchero, de taberna, zamarripeño, indígena) y que, además de Jalisco, se le puede encontrar en Nayarit, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Michoacán, Guerrero y Zacatecas, con instrumentaciones y sucesión de melodías que cambian según la región.

Entre los jarabes representativos de Jalisco se encuentran El gorrión (el jarabe más antiguo de que se tiene noticia, data de finales del siglo XVI), El gallito, El jarro, La lloviznita y, por supuesto, el Jarabe Tapatío, que tiene su origen a mediados del siglo XIX.

Compuesto inicialmente de seis aires que con el tiempo se convirtieron en nueve, el Jarabe Tapatío se caracteriza por una sobria coreografía en la que los danzantes deben trazar sobre una superficie muy limitada rápidas figuras únicamente con los pies, obligando al resto del cuerpo a permanecer inmóvil.

La temática de este jarabe es el cortejo del hombre (vestido de charro) a la mujer (vestida de china poblana). Al principio ella se resiste, pero el caballero insiste una y otra vez, colocando su sombrero de charro en el suelo.

Al final la dama cede y acepta el sombrero, lo recoge y tapa con él los rostros de ambos para impedir que el público indiscreto sea testigo de lo que ocurrirá a continuación con la pareja.

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