Nuria Diosdado se despide de Centroamericanos con 18 oros.

Francisco Castellanos J.
Fotos: Luis Garduño
Una vez finalizada la rutina del equipo libre, Nuria Diosdado se acercó a sus compañeras.
No le tocó nadar la última prueba de San Salvador 2023, pero no hizo falta. Horas antes había ensayado con ellas, a marchas forzadas, para hacer los ajustes necesarios en la rutina y asegurar un oro que se había resistido.
La experimentada ondina es la capitana del equipo y hace sentir su presencia. La celebración de la medalla dorada, en la alberca contigua, tenía el marcado sabor de la nostalgia, porque estos fueron sus últimos juegos.
Los quintos, en los que se convirtió en la máxima ganadora de medallas de oro en la historia de los Juegos Centroamericanos (JCYC), con 18.
“Hace 17 años que yo inicié en los Juegos Centroamericanos no éramos lo que somos ahora. Cuando vine a mis primeros juegos nunca me hubiera imaginado que iban a ser cinco y 17 años después estar aquí hablando con ustedes. Me hace saber que algo se ha hecho bien. Que los años que le he dedicado han valido la pena. Cerrarlos con un oro me hace sentir orgullosa”, dice Nuria en entrevista con ESTO.
NURIA DIOSDADO RECORDÓ TODOS SUS JCYC, INCLUIDAS SUS 18 MEDALLAS DE ORO
En su carrera, la nadadora artística compitió en cinco Juegos Centroamericanos. Un ciclo que tuvo su inicio en Cartagena 2006, siguió en Mayagüez 2010, Veracruz 2014, Barranquilla 2018 y cerró en San Salvador 2023.
“Son muchos años, es la permanencia, la constancia, cuando inicié yo sólo venía con el equipo. Las primeras dos medallas de oro que se ganaron en Cartagena 2006 fueron nada más del equipo. Ahora, vernos dominando todas las pruebas, tanto individual, como dueto, como de equipo, y que México sea punta de lanza a nivel Centroamérica. Que todo mundo sepa que estamos peleando un pase olímpico me da mucho orgullo”.
La ondina se ríe cuando debe evocar un solo momento de los tantos que acumula en su andar por las justas. Son demasiados. La memoria le impone el más reciente, aquí, en San Salvador, el instante en el que encara la rutina de solo, ella y la alberca, y un público que la mira con atención.
“Cada uno ha tenido sus cosas maravillosas. Sin duda estos, la prueba individual, la mía, el solo libre, la gocé, porque yo sabía que era el último solo que iba a nadar. Realmente el solo, la rutina, la pusimos solo por los Juegos Centroamericanos, no es una prueba olímpica, no vamos al Mundial ni Joana ni yo en esa prueba y en Juegos Panamericanos no se compite. El hecho de que yo supiera que iba a nadar un solo, que es una rutina muy personal y en donde podía ganar por cuarta ocasión un oro en esta rutina era muy especial. Es la rutina que más gocé desde el sentimiento que pude sentir, conectarme conmigo, dedicarle la rutina a mi carrera, a mi trayectoria, con una canción como Gracias a la vida, con un traje de baño muy especial donde traía el corazón dibujado, y todo tenía un por qué. Sin duda hay muchos momentos pero me quedo en especial con ese que era mío y conmigo misma”.
