Persiste la criminalización contra defensoras de derechos humanos en México, denuncian licenciadas indígenas.

La criminalización contra las defensoras de derechos humanos persiste en México y ha llegado al grado de amenazarme para que desistan del activismo social, compartió Patricia Torres Sandoval, integrante de la Red Nacional de Abogados Indígenas.
La activista comentó que hay tipos de violencias notables que tienen la intención de demeritar el trabajo que hacen, pues como mujeres esperan que cumplan ciertas normas sociales: la sumisión, el silencio, no ocupar espacios para la toma de decisiones, entre otras.
Patricia Torres explicó que cuando eres mujer y defiendes los derechos humanos todo lo cuestionan: la orientación sexual, la apariencia física, la vestimenta, el transporte y hasta la alimentación. Y que la situación ha llegado a las amenazas personales y contra la familia.
A este respecto, lo que toca hacer por el bien de los demás y el propio es no presentar denuncias, aclaró la defensora. Torres Sandoval también remarcó que las defensoras también se enfrentan a violencias como racismo, clasismo, discriminación y elcreer que el color de piel determina la capacidad social, cultural, política y económica.
Previo a su participación en una mesa de diálogo y análisis a la que convocó la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la activista compartió en entrevista dijo que existen violencias visibles con las que se busca demeritar la labor que hacen.
“Como mujeres nos dicen que debemos de cumplir ciertas normas, ser sumisas, calladas, seguir sin alzar la voz y no llegar a los espacios donde se toman las decisiones. También está la violencia digital, donde tu vida privada, que no debería importar, se convierte en una opción de la sociedad para denigrar”.
Cuando se es defensora de los derechos, abundó, se cuestiona hasta la orientación sexual de las mujeres, su apariencia física, la forma de vestir, el transporte que utilizan y hasta lo que se come; sin embargo, lamentó que la situación llega a trascender con amenazas directas o hacia la familia.
En este sentido, con el afán de procurar el bienestar propio y el de los seres queridos, reconoció que por lo regular no se presentan denuncias, lo cual dijo llena de rabia, pues con el silencio otras personas se ven beneficiadas.
Para ejemplificar lo anterior, Torres Sandoval precisó que de diez acompañamientos legales que hacen en la Red Nacional de Abogadas Indígenas, solamente uno o dos casos llegan a la parte final del procedimiento.
Por otra parte, en el caso de defensoras de derechos humanos que son indígenas, refirió que se enfrentan a otras violencias relacionadas con expresiones de racismo, discriminación, clasismo y el creer que por el color de piel tienen una menor capacidad cultural, política, económica y social.
La próxima sesión de análisis sobre el tema se desarrollará de manera virtual a través de la CEDH el 24 de noviembre, con la presencia de las activistas Ireri Marcos Bravo, Lucero Circe López Rio frío y Leslie Zúñiga Caballero, además de Rafael Garmendia.
