Francisco Castellanos J
CDMEX. La barbacoa de borrego es el plato simbólico del estado de Hidalgo y su principal aliado son las pencas del maguey.
La carne se envuelve en maguey y se hornea a fuego lento en un pozo revestido de piedras y también de pencas magueyeras.
En la parte de abajo del hoyo se coloca un recipiente para recoger el delicioso consomé de carne con sabor a maguey que va soltando la preparación. La carne queda tierna, jugosa y exquisita.
Carnitas michoacanas
Las canitas son las grandes representantes de la cocina michoacana y su secreto estriba en que el cerdo se fría en su propia manteca en un cazo grande de cobre, metal que distribuye más uniformemente el calor.
La preparación de las carnitas es una ceremonia en la que participan una larga pala de madera para mover las carnitas sin acercarse demasiado al fuego, un trinchador para sacarlas y la pinchada, que es una coladera de metal para atrapar y escurrir los trozos de carne.
Cecina de Yecapixtla. La cecina de Yecapixtla es originaria del pueblo morelense de ese nombre, pero es conocida en todo el territorio nacional.
Se preparan con tiras de carne de lomo y pierna de res que se salan y se cuelgan a orearse en un lugar fresco y seco. Para consumirlas, se asan en comal y se salsean, acompañándolas con frijoles, aguacate y tortillas.
Pescado zarandeado
Es un clásico de la costa nayarita que se ha popularizado por todo el litoral Pacífico mexicano. El pescado, preferentemente pargo, se coloca sobre papel de aluminio y se unta con mantequilla sal de ajo, pimienta y jugo de limón.
A continuación se barniza con una mezcla de salsa picante, cátsup y salsa de soya, y con mostaza y mayonesa. Finalmente se asa a la brasa.
Cabrito al pastor
Los regiomontanos y en general los neoleoneses disfrutan frecuentemente de un cabrito al pastor preparado en familia o entre amigos.
El cabrito se embadurna con aceite de oliva, se sala y se añaden romero, tomillo y otras hierbas aromáticas al gusto. Finalmente se asa a la brasa y se come con una salsa picante, frijoles y tortillas.
Chile en nogada. El chile en nogada le disputa al mole la supremacía gastronómica del estado de Puebla. Se prepara rellenando un chile poblano con un picadillo guisado de carnes de res y de cerdo y con trocitos de frutas, siendo las más utilizadas manzana, pera, durazno y plátano.
La preparación se cubre con una crema de nuez, granos de granada y perejil picado, cuyos colores hacen una representación culinaria de la bandera nacional.
Carne a la tampiqueña. Este popular platillo que identifica gastronómicamente a la importante ciudad tamaulipeca, curiosamente no nació en Tampico sino en Ciudad de México.
Fue creado en 1939 por los cocineros potosinos José Inés y Fidel Loredo, quienes habían vivido varios años en Tampico y homenajearon a la ciudad con el nombre de la receta.
El plato típico está formado por tiras de carne asada, enchiladas verdes, queso blanco, guacamole y frijoles negros. La salsa es a base de chile piquín.
Escamoles
Los mexicanos prehispánicos comían escamoles principalmente por necesidad y ahora son un plato exótico por el que sus fanáticos no escatiman en pagar.
Estas larvas de hormiga guijera se comen fritas en mantequilla y epazote, y también mezcladas con huevos, con moles y con otros guisos.
La agresividad de las hormigas no facilita su captura, que suele realizarse entre marzo y abril, factores que encarecen la exquisitez.
Cochinita pibil
Se cree que Yucatán fu el primer territorio mexicano en el que los nativos probaron la carne de cerdo, razón suficiente para que la cochinita pibil sea uno de los símbolos culinarios de la península, junto con su platillo hermano, los populares frijoles negros con puerco.
La cochinita pibil se prepara con carne de cerdo adobada con achiote y envuelta en hojas de plátano. La cocción tradicional se realiza en un horno de tierra y el nombre “pibil” es un término maya relacionado con este tipo de horneado, que antes del puerco se utilizó con faisanes y venados.
La cochinita pibil suele acompañarse con trozos de cebolla morada y zanahorias encurtidas.
Ate. Cerramos nuestra selección de manera dulce, con los sabrosos ates, una receta que llegó con los conquistadores españoles.
Los primeros ates fueron de membrillo, pero ahora son más populares los de guayaba, mango, manzana, zapote y otras frutas.
Se sirven acompañados con una rebanada de queso y son el postre ideal para una comida típica mexicana.
Ahora solo falta que tu enriquezcas esta lista con un platillo de tu preferencia que hayamos dejado por fuera.
