Tradiciones de México: Mamones, panes con sabor a pueblo y hogar

Los mamones es un pan con tradición con sabor hogareño y se encuentra en varios estados de la República Mexicana, del cual les hablaremos de sus formas y sabores.
Los mamones son panes tradicionales. No son iguales, se realizan y se saborean de maneras distintas. Comparten el nombre y la certeza del sabor a pueblo.
El heredero de este oficio ha sido por muchos años el señor Jairo López, quien en su hogar cuenta con un cocedor de adobe donde suele preparar el pan en dos días. Esa es la forma tradicional de hacerlo.
No obstante, en fechas del aniversario de Viesca, don Jairo suele dedicarse plenamente a la elaboración de dulces de leche quemada. Por ello, otras personas del pueblo han imitado su legado y empezado a preparar el pan en sus hogares, horneándolo en estufa.
En uno de mis viajes recientes encontré un postre cuyo nombre me hizo sonreír: mamones. ¿Por qué se llama así?, pregunté de inmediato. La señorita del puesto de nieves no supo responderme, pero me aseguró que debía probarlos junto con la nieve para conocer realmente su función y disfrutarlos.
Así lo hice y a mi regreso supe de otros mamones, de otro pueblo cuya elaboración y color es muy distinto al que yo probé. Aquí les cuento sus características.
Mamones de Viesca, Coahuila
Los “mamones” son panes rectangulares hechos con harina integral, un poco de manteca y azúcar que llevan una preparación especial.
Pasan el primer día en el horno de leña; el segundo son remojados en un jarabe de almíbar o especie de glaseado que les da un tono rojo escarlata que, además, sirve como conservador natural para que duren más tiempo.
Al final, uno tiene una deliciosa pieza de pan dulce suave y esponjosa. Cabe señalar que su nombre se debe a la consistencia porosa del pan que lo vuelve absorbente.
Hay otra versión oral que asegura que el nombre se debe a que los bebés al mamar se les ponen coloradas las mejillas y de ahí el nombre de mamones por su color rojo escarlata. ¡A saber!
¿Dónde está Viesca?
Se trata de un Pueblo Mágico de Coahuila que se ubica a poco más de una hora de Torreón, una de las ciudades más importantes del estado.
El pan ‘mamón’ es toda una tradición en el municipio de Viesca, Coahuila. Su rojizo volumen llama la atención sobre el suelo desértico del lugar. Según Manuel Lastra, cronista del poblado, la tradición del pan mamón llegó al lugar con la familia López.
“Es una tradición que han tenido ellos, de hacer esos panes ‘mamones’ junto con las leches quemadas”.
Señala que estos panes son exclusivos de Viesca y que el origen del nombre tiene dos versiones: una refiere a cuando los bebés maman del pecho de su madre y a éstos se les ponen rojos los cachetes, otra aduce a que el pan absorbe el azúcar coloreada en el que es sumergido.
SABOR HOGAREÑO
Después de estar unas temporadas fuera de su pueblo, doña Ofelia Aguirre regresó a Viesca y tomó la decisión de elaborar el pan ‘mamón’. Comenta que el visto bueno de un primo, quien le dijo que su pan tenía buen sabor, fue la motivación para continuar preparándolo.
“Yo no soy la original”, aclara.
Señala que Jairo López es quien ostenta la tradición de este producto. Sin embargo, algunas familias de Viesca adaptaron la preparación del pan a su manera. La familia de doña Ofelia fue una de ellas.
“A mí nadie me dijo: ‘se le pone esto, lo otro’. Nomás mirábamos de chiquillos ahí con los primos, pues yo miraba cómo los hacían. Llegué a grande y pues ya, me enseñé”.
La señora Aguirre se dirige a su mesa, al recipiente que contiene la harina; echa agua, medio kilo de azúcar, medio kilo de manteca vegetal, tres botes pequeños de polvo para hornear, canela al gusto y comienza a amasar.
Por 20 años ha seguido el mismo procedimiento, generalmente, cada jueves.
De cada bola de masa salen 10 piezas de pan.
El pan mamón casero también debe elaborarse en dos días. En el primero se cocina por cinco horas en la estufa a 35 grados. Después se deja reposar tarde y noche, y al día siguiente es sumergido en tres kilos de azúcar derretida con colorante rojo. Si se sumerge el mismo día de la cocción, el pan se desmorona.
Doña Ofelia platica que quienes se llevan el pan suelen ser turistas o gente del pueblo que organiza alguna fiesta. Ella no los vende directamente, sino que surte la vitrina de una miscelánea a cuyo dueño vende su producto a 8 pesos por pieza.
“Yo nomás los entrego. Si me siguen pidiendo pues hago más. Como ahorita para julio se vende mucho, todos los días estoy haciendo. Nomás empieza el día 20 y es todos los días”, dijo al Siglo de Torreón,
Las fiestas por el aniversario del municipio de Viesca incrementan la venta del pan debido a las visitas foráneas que registra el pueblo. Otras fechas importantes para la venta este producto tradicional son Navidad y Semana Santa.
La señora Aguirre elabora su pan con el amor por su tierra. Cuando se le pregunta si es difícil su oficio, ella afirma: “Para mí ya no es trabajo”.
PUEBLO SOBREVIVIENTE
En los viejos tiempos, Viesca era conocido por el agua que brotaba de sus manantiales. Con el crecimiento de la zona metropolitana de La Laguna, éstos se secaron. Ofelia Aguirre recuerda que tenía cinco años cuando vio cómo se esfumó el último.
“Mis papás sembraban mucho. Tenían sus carretones para acarrear trigo, cuando había esa agua. Se fue acabando”.
La mayor parte de los habitantes de Viesca trabajan fuera del pueblo, o bien, viven de las remesas de un familiar que ha ido a laborar a otra ciudad del país o a Estados Unidos.
Doña Ofelia Aguirre fue una de esas migrantes en los años setenta. Hace 20 vueltas al sol regresó al pueblo. Lo que más extrañaba de Viesca era su tranquilidad.
Mamones de Amacuzac, Morelos
Sobre la plaza principal de Amacuzac, a unos pasos del quiosco, hay un puesto de nieves. Sus sabores van desde frutas de temporada, como el mamey o el limón, hasta ciertas innovaciones como el de galleta, elote y beso de ángel.
Dado el clima casi tropical, gracias a la cercanía con el estado de Guerrero, una nieve es siempre una buena idea en Amacuzac. Y a eso se suman deliciosos mamones, panes muy secos que se realizan especialmente para acompañar la nieve. Al dar la mordida al pan, seguida de la cucharada de nieve, el pan se deshace en una suerte de polvorón cuyo sabor se potencia con el dulzor de la nieve. ¡Una delicia!
¿Dónde está Amacuzac?
Este pueblo se ubica hacia Guerrero, por la autopista hacia Iguala y Taxco, desde Cuernavaca, a una hora de la ciudad de la Eterna Primavera.
Hay otros mamones, los de Aguascalientes y los de Oaxaca, que también son panes pero no se acompañan con nueve ni son rojo escarlata. ¿Conoces otro tipo de pan llamado mamón o mamones? ¡Cuéntanos en tus comentarios!
