Viaja al son del baile de tabla, ¡Orgullosa tradición guerrerense!

Este poblado es el único lugar donde se sigue practicando el baile de tabla.Aquí te contamos cómo es y porqué es tan importante que viaje a este mar a conocerlo, gracias a México Desconocido.
El baile de tabla, en la Costa Grande de Guerrero, es uno de los estilos que existen en México para ejecutar los sones. Esta tradición regional ya solo puede verse en Coahuayutla, pero cada vez se practica menos y está en riesgo de perderse.
Primero fue un baile que se realizaba en la corte del virrey, pero poco a poco terminó en la cultura popular para ser tocado y bailado en fiestas, bodas y al terminar las faenas del campo.
Desde entonces se ha transformado, tomando influencias que vienen de la tradición africana, que llegó con los esclavos comprados por europeos, hasta sonoridades que entraron por Acapulco, con la inmigración del sur del continente traída por el Galeón de Manila, que surcó las costas del Pacífico por más de dos siglos.

Sones de Guerrero Actualmente, en el estado de Guerrero existe una amplia diversidad en el género del son, desde el calentano, el de tarima de la región de Tixtla, el de artesa en la Costa Chica, las chilenas y, por supuesto, el baile de tabla de la Costa Grande.
La tabla tradicional para el baile es un cajón largo de madera hecho de una sola pieza. Para ello se utiliza el tronco de una higuera o una parota, el cual se labra para ahuecarlo, dejando una parte plana arriba y el hueco hacia abajo, a fin de crear una gran caja de resonancia.
Las percusiones son muy importantes pues marcan el tiempo del zapateado. Es aquí cuando la tabla se convierte en un instrumento más, pues el bailador debe “escuchar muy bien” el ritmo del tamboreo para seguirlo, logrando una armonía entre percusión y zapateo.
Para el baile de paños tanto hombre como mujer llevan un pañuelo en la mano derecha, el cual mantiene levantado al frente, recorriendo la tabla y cambiando de lugar. Es muy similar a las“chilenas” en la Costa Chica.
Tradición en desuso Cuenta Jorge Laurel, bailador y promotor, en Zihuatanejo, de la música de la Costa Grande que el baile de tabla está a punto de perderse: “los violinistas y bailadores grandes ya han muerto, incluso el género del son zapateado está prácticamente extinto pues ya no hay quienes sigan la tradición”.
Isidro Alarcón, músico y cantante originario de Coahuayutla, afirma que en su pueblo lo contratan más para tocar otros géneros: “la gente prefiere cumbias y rancheras, hasta para tocarle a los difuntos” platica con aire de lamento al no poder tocar como quisiera los son tradicionales.
