En Jiquilpan procesión de varones en honor a la Virgen de Guadalupe.

Pese a que desde hace unos meses se había señalado la suspensión de eventos masivos para reducir el riesgo de contagios de COVID-19, la autoridad municipal confirmó que este año se realizó de nueva cuenta la tradicional caminata de varones en honor a la Virgen de Guadalupe, evento que el año pasado fue suspendido debido a la contingencia sanitaria y al decreto emitido en ese entonces por el gobierno del estado, en el que se recomendaba la suspensión de actividades que implicarán la aglomeración, como una medida para romper la cadena de contagios por COVID-19.
En esa ocasión, a través de las redes sociales se convoca a los varones de la ciudad a desatender este decreto y participar en la llamada Peregrinación de los Faroles, bajo el argumento de que no solamente se defendía un elemento de fe, sino también un atractivo turístico.
Este llamado orilló a que incluso las autoridades municipales y sanitarias de esta ciudad amagaron con recurrir a la fuerza pública para evitar la concentración en una sola calle de poco más de 10 mil personas.
Semanas atrás, integrantes de la Antorcha Guadalupana y Rosa Guadalupana, organizaciones católicas encargadas de estos eventos, habían emitido un comunicado de manera conjunta con las autoridades religiosas en el que anunciaban la suspensión de las procesiones de hombres y mujeres, respectivamente.
“Manifestamos a la comunidad en general que, por motivos de la contingencia del COVID-19 y siguiendo los protocolos de sanidad, las autoridades civiles y religiosas llegamos al acuerdo que por este año no habrá procesión de mujeres el día 8 de diciembre ni de faroles el día 11 de diciembre, a menos que para ese tiempo haya otra disposición”, señala el comunicado emitido por el Santuario de la Virgen de Guadalupe y rubricado por Ana Laura Silva Vargas, presidenta de la organización Rosa Guadalupana; Guillermo Villa Díaz, de la agrupación Antorcha Guadalupana, y Jesús Magallón Mejía, titular de la parroquia.

La procesión de varones en honor a la Virgen de Guadalupe o“de los Faroles” obtiene este nombre debido a que, para participar en ella, los varones de todas las edades se hicieron acompañar de faroles hechos de carrizo y papel de china con los colores de la bandera que mantuvieron encendidos durante las cerca de cuatro horas que duró el recorrido desde la entrada sur de la ciudad hasta el Santuario Guadalupano, ubicado al norponiente de la mancha urbana.
Esta peregrinación fue el colofón del recorrido que inician, con carácter de ida y vuelta, los integrantes de la Antorcha Guadalupana a la Basílica de Guadalupe desde el 8 y hasta el 11 de diciembre de cada año para encender la antorcha de la fe guadalupana y trasladarla corriendo en relevos hasta los límites entre el imperio Purépecha y Náhuatl para festejar a Guadalupe/Tonantzin, según José Luis Ceja.
