Jalisco #1 con 14 mil personas desaparecidas.
Francisco Castellanos J.
Foto: Jorge Alberto Mendoza vía NTR Guadalajara y redes Sociales.
Guadalajara, Jalisco septiembre 04.- La mañana del 30 de agosto, el cielo lloró en la zona metropolitana de Guadalajara. Antes de las 12 del mediodía los habitantes de San pedro Tlaquepaque vieron cómo nubes negras se posaron en lo alto y descargaron con furia una tormenta que venía acompañada de fuertes truenos.
Daba la impresión de que la naturaleza decidía acompañar a dos mujeres que se resguardaban de la lluvia en uno de los kioscos colocados a las afueras del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, seguramente en búsqueda de uno de sus familiares desaparecidos.
A los lejos, desde las ventanillas de un autobús o al interior de un carro que avanza por la avenida Lázaro Cárdenas no se alcanzan a ver los rostros de ninguna de las dos mujeres.
La lluvia y las gruesas gotas que impactan en tejabanes, en el suelo o en la calle, dan la impresión de que la naturaleza o Dios, hoy decide acompaña a una madre quizás para acariciar con agua la anatomía de un cuerpo dolido en el alma.
¿Sabrá un gobernador o un alcalde qué significa vivir la tragedia de tener una hija o un hijo desaparecido? ¿Sabrá alguno de ellos qué significa vivir las horas en esperar afuera de Semefo para que al menos alguien les diga que ya encontraron a su ser querido, aunque sea muerto?
Del otro lado de la ciudad, a la misma hora, en la rotonda de Los Niños Héroes, por el rumbo de Chapultepec, y ahora rebautizada como la “Glorieta de los Desaparecidos”, decenas de familiares protestan y luchan por encontrar a los suyos. Ahí apenas cae un ligero chipi-chipi, bajo un cielo nublado de Guadalajara.
Ahí están los familiares y las madres buscadoras. Todos que deciden manifestar públicamente su rabia por la desesperación o por tratar de encontrar a su familiar. Salen a la calle con pancartas y camisetas que tienen tatuadas los rostros del ser que buscan.
No hay miedo a mostrar su rabia al descubrir la ineficacia de la autoridad para detener a los delincuentes que roban gente y la impunidad con que operan los criminales dedicados a desaparecer a jóvenes de Jalisco, ante el gran fracaso de un gobierno que no puede con el problema y prefiere borrar evidencias de la lucha de las madres buscadoras.
En la Ciudad de México los familiares de los desaparecidos escogieron la Glorieta de La Palma para bautizarla como la Glorieta de los Desaparecidos, en el rumbo de Paseo de la Reforma y Río Rhin.
Ahí también las madres buscadoras protestan este miércoles 30 de agosto, fecha escogida desde el 2011 por parte de la ONU, como Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas.
Como nunca en la historia de Jalisco, paredes, puertas, bolardos, bardas, monumentos y vallas con cédulas de los rostros de los desaparecidos, recuerdan a las autoridades y a la sociedad que el estado es el número uno en desapariciones, con 14 mil 078 víctimas registradas oficialmente al 31 de julio en el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición (SISOVID), de ellos, 12 mil 340 hombres y mil 738 mujeres.
En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas estos son los números oficiales, aunque algunos colectivos hablan de hasta 20 mil víctimas, tomando en cuenta el subregistro de autoridades y los casos que no se denuncian y nunca salen a la luz pública, en un país como México, donde la cifra habla de al menos 100 mil desaparecidos acumulados desde 1964.
En medio de la crisis de desaparecidos, lejos de lo que se pudiera pensar, las autoridades revictimizan a familiares, con una pésima atención y seguimiento legal en los casos, además de que madres buscadoras son hostigadas, amenazadas y hasta encarceladas en su labor, aunque ellas no cesan en su lucha por encontrar a sus seres queridos a pesar de la intención oficial de acallar sus voces e intentar borrar las imágenes de sus hijos y toda evidencia de búsqueda.
Desde el 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estableció el 30 de octubre de cada año como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas ( con información de Partidero y Alberto Osorio).
